Humanizandome

Hace tres años abrí por primera vez este blog. Entonces vivía en Brooklyn y trabajaba como camarero-fregaplatos en un show de flamenco en Chelsea. Durante los once años que viví en Nueva York combiné sin amargarme un trabajo de mierda con el teatro, el ego de mi jefe con el de los actores, el baile por la tramoya. Se produjeron algunas obras mías, sí, pero para mi sistema nervioso todo era muy lento, los actores imposibles y mi vida silenciosa se convirtió en un inmenso ruido. Necesitaba que el complemento al trabajo de mierda fuera un silencio sólo mío en el que poder escuchar mis propios pensamientos, tal vez escribirlos y, tal vez, que llegarán a algún lugar. Pero nunca he sido bueno con los lugares. Me dijo Wodec que la razón es que tengo a Urano en la casa siete, por eso, cada vez que entro en algún grupo, asociación o bandera me miran de arriba abajo. Pensé que los blogs eran rincones donde todos los Uranos en casa siete del mundo expresaban sus ideas. Me pareció tan fantástico que abrí uno. El blog era la liberación literaria, podía escribir lo que quisiera, tuviera ese jodido hilo argumental o no. ¿Pero a quién iría dirigido? Mientras pensaba a quién podría interesarle me adentré dentro del lenguaje html para poder cambiar la plantilla. El blog era una casa cuyo diseño en serie se me hacía estrecho. Ensanché los márgenes, puse el fondo en penumbra, la letra en blanco y logré colocar videos en el margen derecho. Cuando terminé empecé a subir entradas. Estaba tan emocionado como un piojo en una peluca nueva. Al cabo de tres semanas descubrí que mi Urano en casa siete me estaba cerrando las puertas al mundo: no entraba casi nadie y lo dejé de lado.

La mayoría de mis entradas se refieren a lugares en los que he vivido, de ahí que en una esté trabajando en O'Donnelley Financial de Nueva York como puteando en la Schäffergasse de Frankfurt, haciéndome preguntas en el asfixiante hormiguero humano de Sao Paulo o hablando con Gris en un hotel de Varsovia. No sigo una cronología porque el Orden siempre ha sido un poco mi enemigo a vencer. Entiendo el blog como una plataforma desde donde uno puede contar sin que le sea exigido un hilo. También es un modo de llegar a lectores sin tener que pasar por las exigencias de mercado de una editorial, cuyo único propósito es hacer dinero. Presentas una historia que les parece bien pero lo ideal sería que incluyeras un dinosaurio o un vampiro para subir el nivel de ventas o adaptarse a lo que los medios han puesto de moda. Mi idea de lector o espectador (para el teatro) es diferente. El lector es una persona "dispuesta a recibir"no un instrumento mediático, no un código de barras ni unas cuantas cifras en un mapa de estadísticas. Por eso es mucho más valioso un comentario vuestro que un alto nivel de ventas aborregadas e influenciadas por una campaña comercial que, a fin de cuentas, poco tiene que ver con el autor.

Hace unas semanas, hablando con un editor me dijo: "Hoy en día, lo menos importante es la obra" Lo dijo en serio y eso me dio mucho que pensar. Vosotros que entráis aquí y leéis, no estáis influenciados por campaña alguna. Entráis voluntariamente, leéis voluntariamente y os tomáis la molestia de comentar. Eso para mí tiene un incalculable valor y por eso sólo se me ocurren agradecimientos en respuesta a vuestros comentarios.

En el transcurso de mi vida he tenido pequeños éxitos literarios pero nada de eso me ha dado tanta satisfacción como la de este blog con vuestra presencia. Nada ha sido tan capaz de devolverme a la vida literaria como el hecho de que todos vosotros estéis ahí, tanto desde España como desde Latinoamérica (últimamente están entrando desde Israel y tengo uno de Camerún que lo habrá hecho por equivocación, imagino).

Hace poco, Thiago comentó de la falta de originalidad de algunos blogs y de que no se está haciendo nada nuevo. Alguien le respondió que no se trataba de hacer algo nuevo, que lo importante era el cómo se decía. Yo estoy de acuerdo con ese comentario y le añadiría que lo nuevo de cada blog es que es totalmente personal e intransferible. Cada blog es el mundo de una persona, que todos los que abren un blog tienen una necesidad de decir y de compartir. Unos, como yo, escribimos historias, otros (como la genial Rosa o Eurice) poemas, otros como Gary les dan propiedades terapéuticas (escribir para hacer catarsis) y otros, simplemente, para compartir su mundo con los demás, como Stanley o Logan y otros son encantadores líderes, como Thiago o son ellos mismos sin más como Theo. Todo eso me parece maravilloso y de por sí ya es original y fantástico. Si todos entendieramos y ubicáramos a la otra persona en el ángulo desde donde ve la vida nos llevaríamos mejor. Quizás fue esa la razón por la que antes, aún entrando en otros blogs, nadie entraba en el mío. No veía la blogosfera desde ese punto de vista. Escribió Fernando Pessoa que para querer a alguien, para comprender la esencia de su bondad, bastaba con verle dormir. Hasta el más cruel asesino inspiraba ternura cuando dormía. El no vivió en la época de internet pero creo que también lo hubiera aplicado al mundo de los blogs donde las personas escriben desde el fondo de sí mismos, como en los sueños.

Creí necesario escribir una nota humana e interrumpir la sucesión de relatos para dirigirme a las personas que últimamente estáis entrando aquí y haciéndome compañía.

Y ahora, vuelvo a vestirme de Romek. Un abrazo a todos y gracias.

Nota: Esta vez la foto es mía. No tiene nada que ver con el post pero sí con anteriores y con los que vendrán. Es el cartel que sacaba todas las noches, sorteando el frío de Manhattan. El deterioro del cartel, así como el esparadrapo para evitar que se lo llevara el viento, es obra mía.