Jelly Beans

Jacek y Leokadia no tenían pensado hacer una compra demasiado grande, pero todo es grande en BJ´s, hasta las nuevas bolsas de dos kilos de Jelly Beans. Durante unos minutos, ambos se quedaron mirando la gran bolsa de caramelos, junto a su jugoso precio de oferta. Cuando un producto de lujo rebajado llega a manos de alguien que no se lo hubiera podido permitir, todo su cuerpo se ilumina de un aura blanca, tan blanca como si se hubiera enchufado a la corriente. Jacek y Leokadia se sentían iluminados.

Los Jelly Beans son unas bolitas dulces de colores que se mastican y tienen infinidad de sabores. Esa misma noche, Jacek tuvo la suerte de toparse con uno sabor a pizza y Leokadia fue sorprendida con otro sabor a pasta de dientes, a palomitas, a cacahuete, a regaliz, a gasolina, a polvo, a su misma calle Onderdonk. Leokadia supo expresar sus sentimientos a Jacek de esta manera: “De pronto puede aparecerte el sabor de tu vida pero debes llevarte varios a la boca, tienes que dejarte sorprender. Un sabor a pesadilla puede mezclarse con otros sabores soñados o con tu peor enemigo. Ahí está la gracia, nunca sabes el sabor que puede esperarte” Y con el sabor se acercaban los recuerdos. Ahora mismo parece que Leokadia esté masticando en forma de bola verde a la madre de Olenka, que veraneaba en el Mar Negro y que a veces se la encontraba sola en la playa, sobre su toalla. Resultaba curioso cómo un pasado podía masticarse hasta tragarse a la madre de Olenka en la arena, mirando el vacío, con la melancolía de una mujer depresiva. Jacek ya se había quedado dormido pero Leokadia no podía dejar de llevarse Jelly Beans a la boca, compulsiva y enferma como esos neuroticos circulares que buscan datos huecos frente a una ventana. La emoción de hundir los dedos en la bolsa gigante para apresar recuerdos, olores, sensaciones, era adictiva…”Ahora estoy masticando a Wiktor en su barca hinchable y a la rumana que comía naranjas en alta mar, ahora me trago mi diario, ahora mi cafetera, ahora un motel en la carretera, ahora el muchacho que se suicidó en el acantilado de Kamen Briag…”

Por la mañana, Leokadia se había tragado a sí misma y Jacek amaneció en forma de esencias del Baltico. Fueron empaquetados y clasificados después de tres días en las nuevas bolsas de oferta de BJ´s a un precio que sorprendió a Leonid y Walentyna, iluminados en la sección infantil.