jueves, mayo 05, 2011

CANASTILLO ABAJO


Roger es gitano. O mitad gitano, mitad otra cosa. Eso a veces le produce tristeza y a veces se enorgullece. Sea como fuere, siempre te mira con ojos lánguidos, como si estuviera a punto de llorar, a punto de dormirse o, lo que es peor, a punto de enamorarse.

En aquella época, cuando le conocí, tenía un Toyota rojo. Se lo compró de segunda mano. Roger era demasiado alto para el Toyota. Cuando se sentaba sus piernas se doblaban demasiado debajo del volante y para no entorpecer los giros ponía las rodillas a los lados. Con ese coche y en esa postura me dijo que me quería. Pero antes de quererme me llevó al House of Pancakes, en Northern Boulevard. Debían de ser las dos de la mañana y él se pidió un menú completo con muchas patatas. No estaba muy contento porque durante el viaje me había puesto la mano en la pierna y yo se la había quitado. ¿No te gusta mi mano en tu pierna?, me preguntó. No, tu mano está bien donde estaba.

Antes de que llegara la camarera con la orden me dijo que me quería pero como yo le rechacé se puso muy triste, posó sus ojos lánguidos de gitano sin guitarra sobre los huevos fritos y se le fue el hambre. Yo me sentía muy relajado, creo que incluso estaba sonriendo, pero no por haberle rechazado, sino porque todo parecía una broma. Le conocí esa misma noche hablando por internet. Me dijo que era puertorriqueño. Después me llamó por teléfono y fingió el acento. Vino a buscarme para tomar una cerveza en la Avenida Roosevelt. Media hora después tenía mucha hambre y me propuso ir al House of Pancakes. Es decir, no habría pasado ni una hora. En el transcurso de esa hora ya me quería. Por eso yo sonreía y él hipnotizaba las yemas de los huevos.

Al salir nos metimos en el coche y me acompañó a casa pero antes de llegar, en la ochenta con la treinta y cuatro nos detuvimos, apagó el motor, se giró hacia mí y de nuevo esa mirada. ¿A qué me recordaba esa mirada y ese silencio? Tenía la imagen pero no exactamente el título de la película. Estaba casi seguro de que se trataba de La condesa descalza.

Dejó pasar unos segundos. Esos ojos, su pelo negro y toda su piel tostada estaban a punto de decirme algo y a punto de llorar. Antes de que una persona estalle en un llanto se percibe un ligero sonido que sólo percibimos las plantas y yo. Dijo que por qué le rechazaba, que nadie le quería, que, encima, en la universidad había suspendido todos los exámenes, que su padre fue un alcohólico, le daba palizas y le gritaba, que se acostó un día con una gitana, la gitana se quedó embarazada y cuando nació le dejó al pequeño Roger envuelto en una sábana a los pies de la puerta, para que se lo quedara. El pequeño Roger en un canastillo es una figura literaria muy común. Tenemos esa escena en la vida de Moisés, por ejemplo, surcando el río en un canastillo hasta llegar a las manos anónimas que lo cuidarían. También tenemos el canastillo con niño en la historia de Edipo. Y ahora Roger en un canastillo a los pies de una puerta porque si la gitana lo hubiera dejado flotar en el río Hudson, ahora Roger quién sabe dónde estaría. Llorando en alta mar, sin esas manos negras agarrándose al volante, sin esos ojos sobre los míos contándome su historia de abandonos, golpes, desamores y suspensos. Le di mi teléfono y salí.

- ¿No me vas a dar un beso?

- No.

- ¿...de despedida?

- No. Llámame cuando quieras pero sin besos.

- ¿Te doy asco, no?

- No.

- ¿Entonces por qué no me besas? ¿ni siquiera en la mejilla? ¿Por qué todo el mundo me rechaza?

Me fui sin darle el beso y él se fue haciendo derrapar las ruedas de su Toyota y, sí, Toyota arriba parecía un canastillo en el que la calle ochenta era el Nilo desembocando en la Roosevelt. ¿Hacia qué brazos se dirigía Roger? Tenía la certeza de que nunca me llamaría.

Pero me llamó al día siguiente y nos fuimos viendo con regularidad. Dijo que el amor hacia mí se le había pasado pero que le costaba mirarme el pecho. Cuando Roger veía un pecho con vello se ponía fuera de sí, el pulso le temblaba, la conversación dejaba de interesarle y todo lo que veía era pecho y pelos, pecho y pelos, como si la canción de su vida se remitiera a ser sólo un estribillo. Los ojos parecían salirse de sus órbitas y ya tenía a punto las argucias que empleaba para seducir: la lástima. Así conquistó a Bill, un americano que vivía en Staten Island.

Una curiosidad de la patología de Roger era que cuando había conquistado, tanto a través de la lástima o de lo que fuera, perdía casi por completo el interés. Una vez el otro se había enamorado o encaprichado Roger se sentía acosado y todo lo que quería era desembarazarse de su presa. La táctica entonces era la de generar discusiones por todo hasta que el otro se cansaba, se le agotaba el amor y quería dejarle. Y ahí es donde Roger no te deja escapar.

Así hizo con Bill. Cuando Bill se enamoró entonces era demasiado Bill, le resultaba pegajoso y descubría mil y un defectos en su personalidad. Me llamaba para desahogarse. "No sé qué hacer con Bill, ya no puedo más, es demasiado celoso, no me deja tranquilo ni un momento y yo quiero mi espacio" Con el pasar de los días, Bill se cansó de esa actitud y se desenamoró. Entonces Roger me dijo que estaba empezando a sentir algo muy fuerte hacia Bill. Pero Bill ya no le quería. Es inútil, uno no se libra de Roger así como así.

Bill le rogó que le dejara, que se olvidara de él pero Roger se presentaba en su casa de Staten Island a altas horas de madrugada y si Bill no le había la puerta, Roger se quedaba en el parquecito enfrente de su ventana desde la cual Bill podía ver a Roger sentado en un tobogán, llorando.

Todos los ruegos fueron inútiles. Roger le llamaba al trabajo, a casa, llamó a la madre, le esperaba a la salida de su oficina...Como ya otras dos personas anteriormente, Bill tuvo que mudarse de estado. Empaquetó sus cosas y se fue a vivir a Buffalo. Aún así, Roger quiso encontrarle. Venía a mi casa por la noche, cabizbajo, cruzaba el pasillo, se sentaba en el sofá y me decía: No sé lo que hacer con Bill.

La realidad era que nadie sabía lo que hacer con Roger, ni siquiera yo. Pero lo importante de esta historia no es tanto eso como el personaje de Lola, que entró en su vida, como todos, para sufrir.

Roger recogió a Lola de algún lugar de España, la colocó en una pecera sin agua y mientras Lola se retorcía él le hacía cosquillitas. Los personajes de canastillo buscan otros con o sin canastillo, en cualquier caso, son atraídos hacia individuos abandonados. Pero eso será en la próxima entrega.

26 Comentarios:

Blogger Winnie dijo...

¿Y.............?
Quiero saber más de Roger...
Un abrazo

3:19 p. m.  
Blogger Romek Dubczek dijo...

Sí, Winnie, en la próxima :)

3:21 p. m.  
Blogger Verónica Calvo dijo...

Pues espero la próxima entrega, Romek, porque estoy enganchada. Quién no ha tenido al menos un Roger en su vida??? Has escrito con una gran profundidad esta situación que viven los obsesivos emocionales (bueno, no soy pasicóloga, el término es inventado pero tu me entiendes)Me encantó eso de que hipnotizaba las yemas de los huevos... joder Romek, qué bueno, si es verdad que hay quien las hipnotiza!!!
Así que, me voy encantada de haber leído algo tan bueno hoy.

Un beso (hipnótico y sin toyota, pero sincero)

3:28 p. m.  
Blogger Cris dijo...

Los sádicos buscan masocan y los listos buscan tontos (pero guapos). Qué pena, a ver dónde acaba esta historia, que por cómo empieza... :S

Besitos!

3:29 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Una historia, no sé si literaria, o real novelada, o ficticia historiada, magnífica, como todas las tuyas, me impresionan esas metáforas que usas y esas imágenes que escoges, en este caso me ha llegado al alma esa expresión que has dicho de que: "En la inminencia del llanto de otro... se produce un lamento que sólo escuchamos las plantas y yo" (¡Lo he podido hasta intuir, saber a lo que te refieres! Eres genial, de verdad...)

4:52 p. m.  
Blogger ✙Eurice✙ dijo...

Aggg! no los soporto, no aguanta a la gente que te dice que te quiere sin saber siquiera si eres una asesina en serie, detesto a la gente "plasta" que ven lo que hacen los demás ignorando lo pelmazos que ellos resultan. Me dá infinita lastima Lola, terminara por ser una expectadora con la que practicara voyeurismo emocional.
Me alegra saber que alguien escucha las plantas, empezaba a pensar que era una paranoia mia ;)
Besos mi éter.
Por cierto se escuchaba a los chunguitos en el Toyota? :)ja,ja,ja,ja.
Besos!
Que fuerte la palabra a verificar es kisses :)

5:24 p. m.  
Blogger MORGANA dijo...

En el fondo Roger es un `pobre desgraciado...muchos Rogers hay en el mundo.
Cuídate León.

6:13 p. m.  
Blogger Romek Dubczek dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Dejaré la próxima entrega para pasado mañana para que a otros no se les acumule y se quejen ejeje. Un abrazo.

6:32 p. m.  
Blogger Bee Borjas dijo...

Ven que tengo razón?
La HISTERIA no tiene nada que ver con el sexo.
Freud se murió antes de terminar de desarrollar
la patología y ZAS! nos la endilgaron exclusivamente
a las portadoras de ovarios.
La HISTERIA excede el gènero.
Oh Dios, my king! Este Roger es IN-SU-FRI-BLE!
"Sea como fuere, siempre te mira con ojos lánguidos,
mo si estuviera a punto de llorar, a punto de dormirse o,
lo que es peor, a punto de enamorarse"
Me recorrió un frío glacial por la nuca...
Que se venga la continuación my dear!
Uno de los mejores post que te he leído!
Besotazos desde Buenos Aires!

7:40 p. m.  
Blogger ✙Eurice✙ dijo...

لإعطاء حقيبة صغيرة :)
فقط أنت وأنا أعلم أن هذه الخطوة سوف رق.
أحبك

9:43 p. m.  
Blogger MORGANA dijo...

NI IDEA DE LO QUE TE DICE EURICE,FIJO QUE SE ESTÁ DECLARANDO.TE VOY A ECHAR DE MENOS.DISCULPA LAS MAYUSCULAS,MIS MANOS SE CAEN A PEDAZOS..AINSSSSSSSSSSSS

10:11 p. m.  
Blogger GAVIOTA dijo...

Pues suelen suceder este tipo de encuentros y desencuentros, de amores y desamores, sólo que cuando uno de los dos deja de querer, no hay poder humano que se vuelva al mismo sentimiento de antes..

6:14 a. m.  
Blogger Romek Dubczek dijo...

Gaviota, en este relato hay de todo menos amor

12:25 p. m.  
Blogger Melvin dijo...

Roger, es como ese niño reclamando el afecto perdido. Un niño desarrollado a base de carencias que busca su felicidad en la infelicidad de los demás... Ufff conozco un par de casos. Es terrible, la esclavitud emocional que generan es nociva para todos, pero sobre todo para el que la genera, que no sabe que lo que más desea en el fondo es consumar su TRAGEDIA. Me despierta ternura, aunque si viene un Roger ahora mismo...Huyo. Un besote gordotote.

2:07 p. m.  
Blogger Ícaro dijo...

Hay que estar muy avispado para huir de Roger, son como un agujero negro, empiezan atrayéndote para finalmente engullirte por completo. ¿Quién no conoce a un Roger?

4:07 p. m.  
Blogger Antony Sampayo dijo...

Hola, Romek, aunque creía que ya ningún relato tuyo me impresionaría pues me acostumbré a tus excelentes dotes de escritor, ahora este me emocionó, me enganchó, y es que hacer reír en serio, dices cosas no sé si adrede o no, pero nos sacan una sonrisa.
Roger es una persona normal, todos somos así, las cosas fáciles nos fastidian en cambio las difíciles nos enloquecen.
Espero que continúes esta extraordinaria historia.
Abrazos.

6:25 p. m.  
Blogger Liliana Lucki dijo...

Me ha capturado !!! Imagino los posibles finales.

Pero hombres como este..mm...mmejor perderlos que encontrarlos.

Te saludo, desde MDQ,Liliana

10:39 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

MI Querido Romeck , que placer tan grande es leerte !
tienes esa capacidad de hipnotizarme con tus letras , se alo que sea ... me atrapas , me deleitas!
Eres ünico !
Increíble!
quiero ver como sigue est eh '
no entendí bien quien es lola.
Pero a ver como sigue Roger ...

3:48 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Vaya! quiero maaaaas! un beso cálido, espero la siguiente.

4:05 a. m.  
Blogger Pedro M. Martínez dijo...

Muy bueno, muy bueno, muy bueno

10:08 a. m.  
Blogger ✙Eurice✙ dijo...

Tienes esa habilidad para implicarte sin que se note. Es como si fueras un personaje que va de incognito y se cuela sutíl entre los dialogos, tu presencia se deja entrever y sin embargo eres un espectador más como nosotros en la historia.
Querido, solo se aprende de lo que está escrito con inteligencia ;)
Aqui tienes muchos alumnos que caemos rendidos ante la evidencia de tu inmenso talento, espero que pronto algún editor se de cuenta y tome nota, me gustaria visitarte en esa isla donde recalan los delfines;)
Besos polaco loco.

1:33 p. m.  
Blogger Rosa dijo...

Supervivencia. Cada uno aprendemos a sobrevivir de la mejor forma que encontramos.

Excelente, como siempre.

Besos

10:45 p. m.  
Blogger Parmenio dijo...

Que miedo me dan los Roger del mundo que no aceptan que lo que ellos sienten o piensan no es inmediatamente compartido por el resto del mundo. Y lo peor es que ni siquiera conciben que ese "extraño fenómeno" pueda ocurrir. La vida en es blanco y negro. Pero el suyo.

Un beso (huidizo)

10:52 p. m.  
Blogger Abela dijo...

Esperando la continuación...este Roger tan patético sospecho que es algo mas...Un saludo

11:58 p. m.  
Blogger Joe dijo...

Que historia... una vez mas me dejaste queriendo mas.
Me encanto esta frase "como si estuviera a punto de llorar, a punto de dormirse o, lo que es peor, a punto de enamorarse"
Pobre Roger!
Romek un beso enorme y una vez mas gracias por tus comentarios siempre bienvenidos!

5:43 p. m.  
Blogger Pimpf dijo...

Ahm, vaya, por lo que veo Roger es un auténtico coñazo, de esos a los que uno prefiere ver de lejos. Estaré pendiente del siguiente post donde nos digas como es Lola, pero por lo que cuentas, es otra sapa....

Bicos Ricos

1:46 p. m.  

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