Con motivo de la concesión a esta entrada del Premio Pimpf al mejor post, vuelvo a subirlo para aquellos que no lo pudieron leer en su día. Muchas gracias, Pimpf.
No me puedo poner cualquier cosa, nunca pude. Si las camisas no son de algodón me pican hasta el punto de no poder doblar los brazos o las piernas. A todas las camisas les tengo que sacar cuidadosamente la etiqueta porque me araña la nuca y siento como que estoy durmiendo sobre un cactus y las camisetas tengo que llevarlas del revés porque las costuras son agujas que me taladran la piel. Esto lo arrastro desde la infancia y el dilema de mi madre siempre era si una pieza me "picaría" o no.
El diagnóstico que dió un doctor estadounidense fue: autismo leve.
- Por eso el niño es incapaz de mostrar sus sentimientos. Por eso no es capaz de abrazar, por eso habla poco y cuando quiere hablar tartamudea. Seguramente estará lleno de pensamientos que no es capaz de transmitir y ese problema suele manifestarse a través de las molestias que le causa la ropa. Otra manera de manifestarse es que se anda por las ramas antes de contar algo. Revobina demasiado, ¿entiende? Y a nosotros, los norteamericanos, nos gusta "ir al punto" (el famoso get to the point que tantas veces he oído y que tantas frustraciones me ha causado). Ahora bien, el síntoma más molesto es su obsesión por los detalles. Si usted está riñendo al niño por cualquier razón y se da que a usted le ha salido un grano en la nariz, puede ser que al niño le llame tanto la atención que el mundo se remita a la punta de su nariz. Se le apagará el sonido de todo, incluso el de su voz y es muy posible que hasta su lenga le resulte una lengua extranjera.
El diagnóstico de un médico español fue:
- Tienes el hipotálamo quemado.
Ninguno de los casos ofrecía una solución efectiva. Como autista podía ir superando mis problemas comunicativos de algún modo pero si era que el tálamo lo tenía quemado...¿cómo reestablecerlo? Es más, ¿qué era eso del hipotálamo? Sonaba bien. Lo busqué por internet.
Hipotálamo: Glándula endocrina que forma parte del diencéfalo y se sitúa debajo del tálamo. Libera al menos nueve hormonas que actúan como inhibidores o estimulantes. Suele considerarse el centro integrador del sistema nervioso vegetativo.
Pero, claro, esa era la definición de alguien que no tuviera el hipotálamo quemado. En mi caso tenía que leerlo así:
Mi hipotálamo: Glándula endocrina hecha polvo que forma parte de las cenizas del diencéfalo y se sitúa debajo de las ruinas del tálamo. Libera al menos nueve hormonas que las manda a tomar por culo y solían actuar como inhibidores o estimulantes. Suele considerarse el centro del sistema nervioso vegetativo explotado o reventado.
El médico español me resumió la función del hipotálamo:
- Veamos. Para ponértelo fácil (me vio idiota, vaya). Todos sentimos la molestia de una etiqueta de camisa, así como muchas otras molestias. El hipotálamo se encarga de anular esas pequeñas incomodidades, las filtra y dejas de sentirlas. Como a ti no te funciona bien no te las filtra y te molesta la etiqueta a la que defines como "uñas".
Y como tengo el hipotálamo quemado o tengo autismo leve, como no voy al punto (get to the point) y no soy capaz de demostrar mis sentimientos, lo que yo quería escribir no era exactamente esto, sino otra cosa.
Lo que quería decir era que hoy en el autobús se sentó delante mío un tipo que tenía pinta de retrasado. Estaba sentado en un asiento doble, y el asiento a su lado estaba libre. A todo esto se ha encontrado con un amigo y le ha saludado efusivamente. Al principio no veía a su amigo y sospeché que no estuviera saludando a nadie en absoluto. Sospeché que esa efusividad en saludar a nadie era una muestra de su retraso. El tipo levantaba el brazo, sacudiéndolo y enseñandole a la gente que entraba su mano abierta con sus dedos excesivamente separados. Eso exactamente en Grecia es un insulto.
Me equivoqué. Saludaba a un amigo y en cuestión de segundos uno de los tipos que se acercaba a las hileras de asientos era su amigo, le ha respondido con una sonrisa y, mientras se ha sentado le ha dicho refiriéndose al saludo de su mano:
- He visto tu mano.
- Sí, te estaba saludando.
- Son bonitas las manitas.
- Sí.
Al decir "son bonitas las manitas" he llegado a una conclusión: El chico tiene quemado el hipotálamo.
Para entender mi conclusión tenemos que remitirnos a la misma escena pero entre personas con el hipotálamo fresco. Uno saluda al otro, el otro sonríe, siente que las manos son bonitas, le viene al encuentro, se sienta y todo igual. La diferencia entre un tálamo quemado y otro sano es que el primero se dió cuenta de que las "manitas son bonitas", mientras que al otro se lo filtró el maldito hipotálamo.
¿Qué pasa? ¿que el hipotálamo se lo carga todo como los antibióticos?
A decir verdad, me he alegrado de tenerlo roto. Yo no quiero que me filtre las manitas bonitas, ni el fantástico pliegue que tienen los negros en su nuca, ni el gesto característico que tiene Wirka de taparse los ojos cuando está preocupada. Toda esta belleza de detalles (que sí, pueden eclipsar efectivamente el absurdo hilo de la vida) es una eclosión de sentimientos que traduzco constantemente en los demás y que si no tengo hipotálamo o me explotó en la guerra, que se quede como está.
Los dos amigos continuaban con su conversación, que saltaba de un tema a otro, tal vez con el fin de encontrar algo que les apeteciera los dos.
- Ya pronto están aquí las Navidades.
- Sí.
- Pero las Navidades son más bien para los niños.
- Eso, para los niños.
- Los regalos y todo eso.
- Je, je, je
- Los mayores tenemos la lotería...la lotería de Navidad.
- A mi no me importa la lotería.
- ¿Ah, no?
- No.
- ¿Qué harías si te tocaran muchos millones?
El otro se encoge de hombros.
- ¿No sabes?
- No.
Me gustaría saber qué organo se encarga de que todo te importe un comino, especialmente el podrido dinero. Obviamente, el chico tenía ese órgano quemado. En cuanto lo sepa sería interesante que todos nos lo extirpáramos.